Tiene 8 compuestos protectores del hígado, excelente antiinflamatorio, además de ser fungicida pues posee ácido caprílico, el gingerol y el shogaol que ayudan a combatir las tos, alivian el dolor y la fiebre.
Es una planta de la familia de las zingiberáceas, y crece
como rizoma horizontal;. Es comúnmente usado como una especia, que no solo
imparte sabor al alimento, sino que además evita la peroxidación lipídica. Los
rizomas de jengibre se han utilizado en la práctica medicinal herbal para el
tratamiento de una variedad de enfermedades como la artritis reumatoide,
hipercolesterolemia, enfermedades neurológicas, asma, estreñimiento, diabetes o
cáncer, en forma de pasta fresca, seco en polvo, cristalizado o en almíbar.
La función antioxidante de este alimento desempeña un papel
esencial en la protección frente a los fenómenos de daño oxidativo, y tiene
efectos terapéuticos en un elevado número de patologías, incluyendo la
cardiopatía isquémica o el cáncer, debido a esto se puede considerar al
jengibre como un alimento funcional.
Dentro de los antioxidantes presentes en el jengibre, se
encuentra el grupo de los polifenoles. Estos son el grupo más extenso de
sustancias no energéticas de los alimentos vegetales y en los últimos años se
ha demostrado que una dieta rica en polifenoles puede mejorar la salud.
Debido a que es normalmente usado como condimento en
cantidades reducidas, es propicia la obtención de un extracto de jengibre o
también capsulas, como una nueva forma de aprovechar sus propiedades de manera
concentrada.
Principios activos
Aceite esencial (0,3%-3,3%): compuesto de zingibereno (60%) y
β-bisaboleno. También contiene dextrocamfeno, felandreno, metilheptenona,
cineol, geraniol, linalol, citral, borneol, β-bisabolona, (EE)-α-farneseno y
β-sesquifelandreno, α-curcumeno y zingiberol (principal causante de su
carácterístico olor), así como aldehídos dicíclicos y monocíclicos.
Propiedades y usos
comunes
Sistema digestivo: el jengibre estimula los receptores
termosensibles del estómago y provoca una sensación gástrica de calor,
propiedad que se aprovecha en el tratamiento de las gastralgias, la acidez de
estómago y la dispepsia producida por esta causa. Aumenta el peristaltismo de
los intestinos, así como el tono de su musculatura, y se ha empleado en la
flatulencia habitual, la dispepsia atónica, las náuseas y en casos de dolores
cólicos de estómago e intestinos. La estimulación de la motilidad se ha
relacionado con los gingeoles y sogagoles. En la boca es sialagogo: estimula la
producción de saliva y aumenta en ésta la concentración de ptialina (amilasa) y
mucopolisacáridos (mucina). Tiene propiedades antiulcerosas que pueden
explicarse por su capacidad de inhibir el crecimiento de Helicobacter pylori.
Cuando se administra conjuntamente con claritromicina, la
acción de ésta se ve potenciada. Además, también se ha visto que puede ser un
fuerte inhibidor de la bomba de protones.
Sistema respiratorio: los emplastos de jengibre son útiles en
el tratamiento del resfriado común para mejorar la producción de esputo. El
extracto alcohólico también estimula el centro vasomotor, el respiratorio y la
función cardíaca.
Sistema nervioso: se ha comprobado que el jengibre es útil en
el tratamiento del mareo del viajero, mucho mejor que el dimenhidrinato. Su
efecto, sin embargo, no se ejerce sobre el sistema nervioso sino en el tracto
gastrointestinal, donde actúa como carminativo, aromático y digestivo. Los
emplastos de esta planta, aplicados sobre las sienes, pueden aliviar el dolor
de cabeza simple y la migraña. Ya que actúa como rubefaciente, es útil en los
dolores reumáticos.
Inhibidor de las prostaglandinas y de la agregación
plaquetaria: diez pacientes con arteriopatía coronaria fueron tratados con 4 g
durante 3 meses, y los resultados indicaron que a largo plazo el jengibre no
tiene efectos sobre la agregación plaquetaria ni la concentración de
fibrinógeno. De todas formas, una sola dosis de jengibre (10 g) produjo una
reducción significativa de la agregación plaquetaria, en comparación con los
pacientes que recibieron placebo.
Antiemético: tras varios estudios, realizados en marinos y en
pacientes durante el postoperatorio, no parece que se haya llegado a ninguna
conclusión estadísticamente significativa. De todos modos, en mujeres
embarazadas se observó que aquellas que habían tomado jengibre referían tener
menos náuseas que las que recibieron placebo. También se ha observado este
efecto en pacientes que sufrían náuseas causadas por quimioterapia o
radioterapia.
Reducción del vértigo: un estudio doble ciego llevado a cabo con ocho voluntarios sanos que tomaron 1 g de polvo de raíz de jengibre halló que éstos tenían menos vértigo que los que tomaron un placebo.
Antiinflamatorio: disminuye la síntesis de prostaglandinas mediante la inhibición de la ciclooxigenasas 1 y 2. También disminuye la producción de leucotrienos por la inhibición de la lipoxigenasa 5. En siete pacientes con artritis reumatoide se observó una disminución del dolor articular, así como una mejora en el movimiento. También se usa en la fórmula de numerosos enjuagues bucales, gargarismos y medicamentos de uso dentario.
Anticancerígeno: se ha visto que tiene un efecto quimiopreventivo en el inicio del cáncer de colon en ratas. También se ha comprobado que modula la secreción de factores angiógenos en células de cáncer de ovario.
El jengibre,ha sido objeto de interés no solo por sus propiedades culinarias y medicinales, sino también por su potencial para influir en los niveles de testosterona. Pero, ¿es cierto que el jengibre puede aumentar esta hormona clave? La respuesta, como suele suceder en ciencia, es más compleja de lo que parece.
La Evidencia: Un Rompecabezas Incompleto
Algunos estudios en animales, particularmente en ratas, han mostrado que el consumo de jengibre podría tener un impacto positivo en la producción de testosterona y en la salud testicular. Estos resultados han alimentado la idea de que el jengibre podría ser un aliado natural para aquellos que buscan aumentar sus niveles hormonales.
Además, las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del jengibre podrían jugar un papel. Al reducir el estrés oxidativo y la inflamación, el jengibre podría contribuir a un entorno más saludable para la función testicular, lo que, a su vez, podría influir en la producción de testosterona. La mejora en la circulación sanguínea, otra propiedad asociada al jengibre, también podría ser un factor a tener en cuenta.