Estudios en el pasado ya habían revelado los beneficios de comer pistachos, una fuente rica de antioxidantes.
Ahora dos nuevas investigaciones revelan que este humilde producto es el "refrigerio ideal" para ayudarnos a mantener un peso bajo.
Comer pistachos entre comidas, dicen los científicos de la Universidad del Este de Illinois, Estados Unidos, nos ayuda a reducir el consumo de calorías y comer menos.
Además, si los pistachos tienen cáscara, el alimento tendrá un efecto sicológico que nos hará sentir que estamos llenos.
Los investigadores llevaron a cabo dos experimentos. En el primero participaron 140 estudiantes universitarios que fueron divididos en dos grupos: uno debía comer pistachos con cáscara durante sus clases y el otro pistachos sin cáscara.
A cada uno de los estudiantes se le dio un recipiente con su porción de pistachos antes de cada clase, la cual fue pesada antes de entregársela.
Al salir de clases los estudiantes debían entregar sus recipientes y los investigadores llevaron un registro del peso total y la cantidad de calorías que los estudiantes habían consumido.
Los resultados mostraron que los del grupo de frutos con cáscara consumieron en total 125 calorías, mientras que el otro grupo comió 211 calorías, una diferencia de 41% menos calorías en el primer grupo.
Aunque es obvio que pelar un pistacho mantuvo ocupados a los estudiantes y por lo tanto comieron menos, los científicos afirman que hay otra explicación para este menor consumo de frutos secos.
Las cáscaras vacías, dicen, presentan una importante "clave visual" para el consumidor, que le recuerda "todo" lo que ha consumido y por lo tanto lo hace comer menos.
Clave visual
Para comprobar el papel que juegan estas cáscaras vacías llevaron a cabo un segundo experimento con otro grupo de 118 participantes -personal y profesores de una universidad- a quienes se les dio un recipiente con pistachos previamente pesados.
Se les dijo que durante los próximos tres días debían mantener sus pistachos en su escritorio mientras trabajaban y podían comer todos los pistachos que quisieran, con excepción del segundo día, cuando no podían comer ningún pistacho.
También se les dio un recipiente vacío donde debían desechar las cáscaras de los frutos secos consumidos.
Los científicos dividieron al grupo en dos. Durante el primer día del experimento los investigadores no vaciaron el recipiente de las cáscaras desechadas por el primer grupo, pero las del segundo grupo fueron desechadas cada dos horas.
Al mismo tiempo volvían a llenar los recipientes con pistachos frescos.
Cuando compararon los registros de lo que había consumido cada grupo, los resultados mostraron que los participantes que tuvieron durante todo el día las cáscaras en su escritorio comieron 22% menos pistachos que aquellos a quienes se les vació el recipiente cada dos horas.
Esto, afirman los investigadores, demuestra que las cáscaras nos ayudan a comer más lentamente y menos cantidad.
"Estos hallazgos demuestran que los pistachos, siendo uno de los pocos frutos secos con cáscara, nos ayudan a disminuir la velocidad con que consumimos", afirma el doctor James Painter, quien dirigió el estudio.
"Pero además, las cáscaras vacías nos ofrecen una clave visual que nos ayuda a comer menos".
"De hecho, ya se ha acuñado un término: "Principio del pistacho", para describir una técnica simple que pueda ser utilizada para engañarnos a nosotros mismos y comer menos", agrega el científico.
Y si no funciona este engaño, no habrá nada perdido, al contrario. Consumir pistachos de cualquier forma es bueno para la salud.
Un estudio publicado en el 2010 en Journal of Nutrition encontró que el alto nivel de antioxidantes de estos frutos secos parece proteger a las células del daño causado por los compuestos producidos por el estrés oxidativo.
Estudios previos habían demostrado que los pistachos también parecen reducir los niveles del colesterol malo en la sangre, un factor de riesgo de infartos y derrames cerebrales.
Fuente: http://www.semana.com/