martes, 2 de agosto de 2011

LA PARCHITA (PASSIFLORA INCARNATA)


La parchita, conocida también como parcha, pasionaria, flor de la pasión, granadina, granadilla, pasiflora, fruto de la pasión, barbadina, manzana liana…, es una planta herbácea de la familia de las Pasifloráceas, rastrera, de tallos cilíndricos, lampiños, ramosos, de unos 60 pies de largo, que trepan y se enredan en los cuerpos vecinos.  Las hojas son redondas partidas en cinco gajos o tiras. Las flores son grandes, redondas, planas y de un hermoso color azul.

Hay varias especies de pasifloras, pero todas ellas habitan en Asia y especialmente en la América tropical, y son plantas trepadoras con zarcillos. El fruto es una baya casi globosa, pulposa o membranosa, comestible ya sea cruda o utilizada en confitería y en bebidas.  Posee abundantes semillas aovadas, comprimidas y envueltas en un arilo carnoso. 

Con la concha del fruto de la parchita se confecciona un dulce en almíbar muy particular. En francés esta planta se llama “Passiflore”.


Uso medicinal.

Sus hojas y sus flores tiernas o secas tienen propiedades calmantes, por lo que sus infusiones son muy utilizadas para controlar la excitación nerviosa, los estados depresivos, el insomnio, la neurastenia y el histerismo. También se usan en casos de hipertensión.

En su uso externo, los lavados con parchita son muy efectivos para las hemorroides.

Sus cataplasmas se emplean en el tratamiento de las quemaduras y heridas.

Las hojas de esta planta son utilizadas en forma de cataplasma para aplicarlas al hígado con aceite de almendra y aguardiente de caña.  Esta preparación  también sirve para los dolores de cabeza.

Como sedante y para el insomnio se hierven las conchas peladas de la parchita, se deja enfriar, se licúa y se endulza con miel de abejas o papelón, se toma esta preparación varias veces al día.

Para los mismos malestares se vierte una taza de agua hirviendo sobre una cucharada de las hojas o flores trituradas, se deja reposar durante 10 minutos, se cuela, se endulza con miel de abejas y se toma antes de acostarse sobre todo para el insomnio nervioso.

El fruto de esta planta es refrescante, y agregándole al líquido las semillas (que contiene un ácido de los más apreciables), un poco de azúcar, vino blanco y nuez moscada, resulta una bebida fresca y deliciosa.

La corteza sirve para cataplasmas antinogástricas, agregándoles un poco de aceite de coco o de almendras.

La rama florida de la variedad passiflora officinal sirve para preparar el extracto fluido y la tintura son empleados como sedantes del sistema nervioso.

Fuente: freshplaza.es


lunes, 1 de agosto de 2011

EL POSINGUÉ (ZIZIPHUS MAURITIANA)


El ponsigué o jujuba es un árbol pequeño, de 2 a 8 metros de altura, perteneciente a la familia de las Rhamnáceas, de tronco corto el cual se ramifica desde cerca de la base por lo que le da aspecto de arbusto. Sus tallos son espinosos, con espinas encorbadas y rígidas. Sus hojas son sencillas, medianas, alternas, elíptico-aovadas con tres nervios basales, ampliamente redondeadas en la base, verde brillante en la cara superior y con una densa pubescencia blanquecina en la inferior, finamente crenado-aserradas en los bordes; pecíolos de unos 5 mm de largo. Sus flores son pequeñas, amarillentas o amarillo-verdosas, sésiles o casi sésiles, agrupadas en inflorescencias cimosas o umbelas, desprenden un olor desagradable a excremento humano. Sus frutos son drupáceos, subglobosos a oblongos, deprimidos, verde claro al principio, luego amarillo-rojizo a anaranjado, de 1 a 3 centímetros de diámetro, glabros. Sus semillas son 2, elípticas y de color marrón.

Esta planta, con gran poder de resistencia, es originaria de la India. Actualmente se encuentra cultivada en todas las regiones tropicales. Se cultiva como árbol de ornato, frutal y medicinal. En Europa sus frutos son la fuente de la comercialmente conocida como “Jujuba”, de amplios usos en confitería. Como ornamental, es muy apropiado para los lugares agrestes, secos y de altas contaminaciones y temperaturas, como islas y redomas de avenidas. Por la misma razón, es muy apropiado en reforestaciones de taludes.

Se propaga fácilmente por semillas, que germinan en 4 a 6 semanas, pero también se puede multiplicar por injertos, o por brotes basales que nacen al pie de la planta. Con pocas exigencias de cultivo, prospera bien en suelos pobres y livianos. A veces crece entre las ranuras de las rocas. Requiere de buena insolación y lugares bien aireados. Su crecimiento es relativamente rápido y es de vida larga. Es muy aguantador y resistente a las sequías.

Los frutos se consumen frescos, pero también se comen en forma de conservas. Varían en el espesor y calidad de la pulpa; algunos tienen un sabor delicioso y otros apenas son comestibles. Con los frutos se prepara el famoso “Ron de ponsigué”, al igual que bebidas y refrescos. En francés este árbol se llama Jujubier y su fruto Jujube.

¿Cómo se prepara el Ron de ponsigué? Se toman varios frascos bocones esterilizados, se llenan con un Kilogramo de ponsigué maduros, luego se bañan con un litro el Ron o “caña blanca” hasta cubrirlos y se le hecha las especies (canela en rama, clavo especie en grano y nuez moscada, una cucharadita de cada uno), y un cuarto de kilogramo de azúcar. Se tapan muy bien los frascos y se dejan en maceración durante un año, sin destaparlos y en un lugar donde no le entre ni la luz, ni el aire; en México los entierran. Es recomendable agregarles 5 ciruelas pasas para que tomen un color marrón y un sabor especial que no altera él del ponsigué.

Uso medicinal:

La corteza de este árbol, que contiene de 4 a 9% de tanino, es astringente y se utiliza como antidiarreica. También se usa con buenos resultados en los procesos inflamatorios de las vías respiratorias superiores, como en la amigdalitis, faringitis, gingivitis, etc. Para curar estas enfermedades inflamatorias se hecha un puñado de corteza de ponsigué en un litro de agua, se pone a hervir durante unos 10 minutos y luego que se enfría esta preparación, se hacen gárgaras, enjuagues y tocamientos, tres veces al día, durante una semana y se observa como desaparece las inflamaciones de las parte afectadas.

Hay otra variedad importante de ponsigué que se llama Ponsigué azufaifo o azufeifo, cuyo nombre científico es Ziziphus jujuba, que tiene más o menos las mismas características y usos, pero, en medicina popular, los frutos de esta variedad tienen muchas aplicaciones en la elaboración de remedios contra catarros, como diuréticos, calmantes pectorales, etc.


Fuente: lajornadanet

LLANTÉN


El llantén es una planta perenne de unos 15 centímetros, también se le llama plantago mayor y es considerada una planta medicinal. Las propiedades curativas del llantén son útiles para aliviar algunos problemas de salud y enfermedades.


Ejerce efectos calmantes en las vías respiratorias, por lo que es usado para aliviar el dolor de garganta, para la boca irritada o cuando hay llagas que son causadas por infecciones.

De la misma manera, sirve para tratar la afonía o ronquera. Las propiedades antibacterianas del llantén se aprovechan para eliminar microorganismos que provocan enfermedades en el aparato respiratorio y es un buen expectorante, por lo que sirve también para la tos, faringitis, laringitis, bronquitis y muchas otras enfermedades del aparato respiratorio.

El llantén es bueno para detener la diarrea, una infusión de llantén, tomada tres veces diarias, también puede ser una solución para la colitis e inflamación de los intestinos. Además es un calmante natural para el dolor provocado por ulceras estomacales.

Además es una de las plantas medicinales con mayor poder hemostático, esto significa que ayuda a la coagulación de la sangre, lo que es muy útil para el tratamiento de heridas.

Estas propiedades del llantén no sólo son buenas para las heridas externas como en cortes o traumatismos sino que también sirve para curar heridas internas que se producen al romperse pequeñas venas y capilares. Esto es ideal para solucionar hemorragias producidas por hemorroides. De igual manera sirve para cuando se orina con sangre debido a pequeñas heridas en la vejiga.

En aplicaciones externas, el llantén representa uno de los mejores desinfectantes y cicatrizantes naturales para todo tipo de heridas, cortes, hematomas, etc. Igualmente efectivo resulta para quemaduras y para problemas de la piel como dermatitis o llagas. También es muy bueno para las picaduras de insectos. Disminuye la hinchazón en caso de picadura de abejas, avispas, mosquitos, pulgas u otros insectos, al mismo tiempo que reduce la picazón y acelera la cicatrización.


Fuente: acn